El fenómeno

La pérdida de la privacidad es un fenómeno que nos viene afectando por años, muchos de nosotros apenas recordamos los primeros indicios de la pérdida de privacidad cuando apareció el primer gran hermano (fenómeno que ya se había dado en Europa hacía años atrás), comenzó en Alemania en los 90s y luego se extendió por todo el mundo, cambiando su formato de gran hermano a otros millones de formatos que hoy en día son tan incontables y diversos como los medios mismos.



















Entre los más extremos de todos tenemos a el programa del canal musical VH1 llamado I LOVE MONEY que harías por 250.000 dólares en el que se somete a un grupo de personas (todos previos personajes de otros realities) a las gansádas e idioteces más denigrantes que un ser humano pueda hacer por dinero. Obviamente se convirtió en un éxito total.

El otro programa no tan conocido pero vale la pena nombrarlo es dirigido por Ronnie Arias en un canal para la mujer que no recuerdo muy bien el nombre ni el nombre del programa, en el cual la peor humillación que pueda existir en una pareja se da a conocer a millones de personas, que le hayan sido infiel.
La operatoria es muy simple simplemente se le cuenta a uno de los integrantes de la pareja que su prometida o novia o esposa le ha sido infiel, con todo el lujo de detalles para que dicha persona rompa en llanto y se desgarre delante de miles de televidentes.


No obstante esta máquina no se detuvo ya que empezaron a aparecer los medios de invación a la privacidad digitales, facebook, fotolog, que muy bien conocemos, en los que algunos usuarios cuentan hasta los más intimios detalles de su vida privada más fotos, más videos, fotos con famosos etc. etc. etc.

La gente de alguna forma adora no solo que otras personas muestren su vida privada al mundo sino mostrarla ellas mismas también y que todo el mundo sepa todo sobre todo el mundo con lujo de detalles, esto es lo que vamos a tratar de comprobar en este informe (la exposición de la gente a los medios y la ruptura de la privacidad a veces hasta sin motivo aparente).